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Ocho alimentos que oscurecen tu sonrisa

La dieta afecta no solo a nuestra figura sino también a la salud y el aspecto de nuestros dientes. Los alimentos que nos llevamos a la boca tienen una relación directa con el mayor o menor grado de blancura de nuestros dientes. Por eso, es importante localizar esos productos potencialmente perjudiciales para conservar el tono natural de nuestra dentadura, así como la frecuencia con las que los podemos ingerir. Porque tampoco hay que privarse de ciertos caprichos de manera radical y definitiva, pero sí conocer el ‘coste’ que puede tener su consumo continuado y cómo afectan al esmalte.

En este artículo, te damos algunas pistas sobre qué no debes comer para mantener más blanca que nunca tu dentadura.

1. Azúcar: amenaza constante

Además de las caries que el azúcar puede provocar en los dientes, su abuso puede acarrear una erosión del esmalte. Las diversas reacciones provocadas por la variación del pH y las bacterias transforman el azúcar en un ácido que puede ser peligroso para el aspecto exterior de nuestra boca. Sobre todo, el azúcar refinado, presente en caramelos, chucherías, golosinas y bollería industrial y demás productos procesados pero, atención, en otros productos menos sospechosos como las pastillas para la tos.

2. El café y los taninos

Otro de los productos más habituales en las ‘listas negras’ de los alimentos que manchan nuestros dientes es, sin duda, el café. La culpa de esta merecida mala fama del café la tienen los taninos, un tipo de polifenol presente en los granos de este producto tan consumido. Se trata de pigmentos naturales, de origen vegetal, que encuentran rápido acomodo en la superficie dental, contribuyendo a mancharlos y a crear una progresiva capa amarilla. Lo mismo ocurre en el caso de consumo excesivo de té.

3. Cuidado con el zumo de naranja

Ensalzado por su aporte vitamínico, forma parte, junto con cítricos como el limón o el pomelo, de los alimentos que también son dañinos para el esmalte al ser ácidos (pH de 3). Los más puristas recomiendan, por ello, beber el zumo recién exprimido con una pajita, evitando así el contacto del líquido con los dientes frontales, los incisivos, los más expuestos y visibles. Además, la pulpa es especialmente correosa y tiende a colarse por las zonas de difícil acceso para el cepillado, contribuyendo a posibles futuras caries.

4. Vino tinto: cóctel explosivo

Tan apetecible como perjudicial para el estado óptimo de nuestra dentadura y su tonalidad, el vino tinto contiene varias de las amenazas aquí comentadas. Como el café, también es el vehículo de taninos que acaban por deteriorar el blanco natural, el del esmalte, de nuestros dientes. De hecho, es uno de los alimentos que más taninos tiene, presentes en la piel, pepitas y tallo de la uva, pero además es un producto con un alto componente ácido. Si no quieres ‘tintar’ tus dientes, deberás reducir su consumo al mínimo y, ojo, también el de vino blanco. Pese a que porta menos pigmentos perjudiciales para la salud de tu esmalte, es más ácido.

5. Frutas intensas, manchas duraderas

Si bien la cantidad de antioxidantes que presentan alimentos como las moras, frambuesas, arándanos y demás frutas del bosque son una razón de peso para comerlos, también es cierto que esos colores tan potentes pueden manchar nuestra dentadura de modo permanente.

Sus fuertes pigmentos pueden adherirse al esmalte con fuerza, así que si eres un adicto a las bayas deberás aumentar la frecuencia e intensidad de tu cepillado mental.

6. Refrescos y bebidas energéticas

Hay bebidas que te ‘dan alas’, pero también contribuyen a dañar tu esmalte, debido al altísimo nivel de azúcar que contienen, así como gran cantidad de ácidos que suponen un ataque directo a la blancura de tus dientes. Por no hablar, claro, de cómo favorecen la generación de caries, así como las calorías desproporcionadas que aportan. Bebidas carbonatadas, energéticas y refrescos en general no son buenos aliados para conservar la mejor de las sonrisas. Así que moderación extrema.

7. Antibióticos y otros fármacos

Una correcta medicación es necesaria para combatir ciertas enfermedades, aunque debes saber que algunos de esos fármacos pueden acarrear una erosión de tu esmalte y, por tanto, acrecentar la aparición de manchas de color gris o café. Es el caso de antibióticos como la tetraciclina y la doxiciclina. Muchos de ellos, al producir sequedad y una reducción de saliva —exactamente lo mismo que sucede con el alcohol, otro ‘enemigo’ del esplendor de tus dientes— no favorecen a tu sonrisa.

8. Vinagre, alta acidez

Los encurtidos son apetitosos. Basta verlos para que empecemos a salivar como el perro de Pavlov. Sin embargo, tanto pepinillos, como aceitunas, cebolletas y demás encurtidos, por la cantidad de vinagre que trasportan, contribuyen a oscurecer nuestros dientes. El vinagre es más ácido que la saliva, que vela por mantener a raya las amenazas a su equilibrio. Por todo ello, se recomienda un consumo moderado de los productos que van aliñados con vinagre.

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