Bebidas azucaradas, refrescos
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3 cosas sobre tus dientes que debes saber antes de abrir un refresco

Los refrescos gozan de una mala fama fundada. Son los principales sospechosos cuando se habla de obesidad infantil, diabetes y otras enfermedades relacionadas con la mala nutrición. Pero se habla poco de los nefastos efectos que pueden tener en la salud bucodental. Esto es lo que te diría un dentista sobre las bebidas gaseosas o sodas.

A tus dientes no les gusta la tremenda proporción de azúcar que tiene un refresco.

Todo el mundo sabe que el azúcar aumenta el riesgo de sufrir caries. El azúcar y el almidón son los alimentos preferidos de las bacterias patógenas que habitan la placa dental. Es como darles gasolina para que empiecen a generar ácidos que perforan el esmalte, cavando huecos en los que las bacterias se instalan.

«La placa no es perjudicial por sí misma. Algunas de las bacterias que la habitan sí que lo son. Es imprescindible controlar la proliferación de esas bacterias para asegurar la salud oral» Dr. Guillermo Rehberger.

Las bebidas gaseosas azucaradas pueden llegar a tener hasta 40 gramos de azúcar, por cada 33 cl. Eso equivale a 10 terrones de azúcar. Además, por ir disuelta en líquido, ese azúcar tiene la capacidad de alcanzar los recovecos más inaccesibles. Allí donde les gusta proliferar a las bacterias y donde nunca llegará tu cepillo.

Sí, puedes decir que al fin y al cabo tú sólo consumes refrescos sin azúcar, pero da igual porque…

A tus dientes tampoco les gusta el ácido de algunas bebidas gaseosas.

Compontes como el ácido tartárico, el ácido fosfórico o el gas de las bebidas carbonatadas agreden el esmalte, hasta reblandecerlo. De esta forma dejan nuestros dientes indefensos ante el ataque de las bacterias.

Algunos colorantes, como los de las bebidas de cola, también son perjudiciales para el esmalte dental.

Esto podría, al menos, contrarrestarse si nos laváramos los dientes tras consumir una bebida gaseosa, pero hay un problema y es que…

Uno no suele lavarse los dientes tras beberse un refresco.

Uno de los problemas de los refrescos viene asociado a su momento de consumo. Los refrescos se beben en encuentros sociales, en la calle, en bares… Es muy raro que alguien decida acudir al baño a cepillarse los dientes tras terminar una bebida gaseosa.

Esto no hace más que aumentar la peligrosidad de los refrescos, pues, como hemos explicado, la forma más eficaz de contrarrestar los efectos del azúcar en la placa bacteriana es la higiene inmediata y correcta.

Reunión de personas tomando refrescos

¿Debo tomarme entonces ese refresco que tanto me apetece?

Estamos muy tentados de contestarte que no. Pero, seamos sinceros, nadie es perfecto. Y la clave para una alimentación sana es la moderación.

Así que, cuanto más reduzcas el consumo de bebidas gaseosas, sobre todo azucaradas, mejor. Cuando no puedas evitarlo, procura seguir estos…

Consejos:

  • Bebe más agua. El agua no sólo te evita consumir refrescos, sino que además te ayuda a mantener una salivación adecuada, que es un anticaries natural.

  • Lávate los dientes tras cada ingesta.

  • Si estás en un bar, en una terraza, con tus amigos, y no puedes lavarte los dientes tras tomarte un refresco, al menos enjuágate con agua o mastica un chicle sin azúcar.

  • Tu saliva ayudará a compensar la acidez.

  • Y, por supuesto, visita a tu dentista al menos una vez al año, para prevenir.

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