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Higiene Dental, Nutrición, Salud Dental

7 alimentos peligrosos para tus dientes y tu salud bucodental

Algunos alimentos, como hemos visto en post anteriores, benefician notablemente la salud bucodental, ya sea por los nutrientes que aportan o por la forma en que los consumimos. Otros, sin embargo, pueden ser perjudiciales si no se toman precauciones, como la moderación y la higiene. En este post ofrecemos una clasificación de alimentos que, desde el criterio de un dentista, podrían ocupan el «Top 7» de los más peligrosos para tu salud bucodental.

Esto es lo que ocurre en tus dientes cuando consumes algo que los agrede

Como hemos destacado anteriormente, las caries representan el principal motivo por el que un paciente se ve obligado a acudir al dentista. Todo el mundo sabe que la presencia de azúcar aumenta la posibilidad de sufrirlas. ¿A qué se debe esto?

En toda cavidad bucal siempre hay una población concreta de bacterias. Sobre todo se acumula en ese biofilm denominado placa. No hay que preocuparse demasiado por ello, siempre y cuando su número se mantenga estable y en una zona donde no provoquen daños.

Y es que los dientes están recubiertos de una coraza muy resistente y duradera, el esmalte, que es muy difícil de atravesar. Al mismo tiempo, unas encías sanas sellan el espacio entra éstas y la pieza dental, impidiendo que bacterias y microorganismos dañen el periodonto (los tejidos, tanto óseos como blandos, que consiguen que el diente se mantenga fijo en su lugar).

El proceso de las caries y su relación con la comida

El problema viene cuando, por una mala alimentación y una higiene inadecuada, las acumulaciones sobre los tejidos de azúcar, almidón y placa aumentan. Se provoca entonces una reacción en cadena que tiene varios efectos:

  • Las bacterias se alimentan rápidamente de esos almidones y azúcares, y crecen en los recovecos más inaccesibles de los dientes y las encías.
  • Al comer, empiezan a emitir ácidos capaces de desmineralizar el esmalte, hasta el punto de provocar micro grietas. Cuando éstas aparecen, ya podemos hablar de la primera fase de la caries.
  • Las bacterias ocupan esas micro aberturas y allí son más difíciles de eliminar.
  • Si esas grietas proliferan, las bacterias y el ácido alcanzan la dentina, que es un estrato de los dientes mucho más blando y fácil de perforar que el esmalte.
  • La caries pueden prosperar hasta que la infección llega a la pulpa. Cuanta más azúcar y almidones encuentren en su camino, más poder tendrán de perforar en el diente. Cuanto más perforen en el diente, más posibilidades habrá de que el azúcar y el almidón se acumule en huecos inaccesibles para nuestros cepillos.

La placa bacteriana y el riesgo de periodontitis

Pero la placa bacteriana no sólo es un foco de riesgo para la aparición de caries. Cuando las bacterias que la habitan encuentran el alimento adecuado, no sólo pueden perforar el esmalte dental. También pueden iniciar una gingivitis que acabe derivando a algo más grave: una periodontitis.

Esta enfermedad periodontal, que provoca que tus encías se retraigan, te expone al riesgo de perder el diente. Y, lo que es aún peor, supone una puerta abierta de infecciones al organismo. Recientes estudios relacionan la periodontitis con daños cardiovasculares, por ejemplo.

«La placa no es perjudicial por sí misma. Algunas de las bacterias que la habitan sí que lo son. Es imprescindible controlar la proliferación de esas bacterias para asegurar la salud oral». Dr. Guillermo Rehberger.

Estos motivos son más que suficientes para cuidar la salud bucodental. Para ello, sólo existen tres estrategias: la higiene, las visitas al dentista y, la que tratamos en este post, la alimentación adecuada.

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¿Qué tipo de alimentos son peligrosos para tu salud bucodental?

Como hemos explicado, las bacterias peligrosas para tu boca necesitan alimento. Nuestra misión es intentar privarles de ello. Pero también buscan otra cosa: un hogar. Las bacterias se instalarán cómodamente en recovecos y zonas erosionadas a los que nuestros cepillos de dientes y sedas dentales no puedan llegar. Por tanto, también tenemos otra misión: evitar que encuentren estos emplazamientos.

Dicho esto, tenemos que tener especial cuidado con:

Azúcar y almidón

Si has tenido la oportunidad de ver cómo fermenta el zumo de uva para convertirse en vino, te sorprenderá saber que en tu boca ocurre algo parecido. Las bacterias que habitan en el biofilm de la placa bacteriana son anaeróbicas. Esto quiere decir que viven en ausencia de oxígeno y son capaces de metabolizar el azúcar y el almidón para obtener energía química.

Al hacerlo, expulsan ácido. Este ácido puede ser compensado por la saliva, para mantener el Ph de la boca. Pero, cuando se produce demasiado, llegará a dañar el esmalte tal y como hemos descrito.

Alimentos que se adhieren al esmalte

Cepillarse los dientes después de comer es una forma de retirar los restos de alimentos en los que las bacterias encontrarán el azúcar y el almidón. Pero hay alimentos más fáciles de limpiar que otros. Aquellos que se quedan adheridos a los dientes y las encías, y que además tienen la capacidad de penetrar en los recovecos del esmalte, suponen un riesgo mayor y requieren un cepillado más insistente.

Alimentos muy duros

Pero la corrosión mediante ácidos no es la única forma de dañar el esmalte. También puede estropearse y romperse cuando lo hacemos trabajar contra alimentos demasiado duros. El esmalte roto puede exponer la dentina, que es una capa mucho más atractiva para las bacterias.

Estos son los alimentos que ocupan el Top 7 en la escala de los más peligrosos para tus dientes

1.- Bebidas energéticas

Se venden como un alimento que te ayuda a recuperarte tras ejercicio físico o a concéntrate en una actividad intelectual. Pero su consumo está cada vez más desaconsejado. Desde el punto de vista de la odontología, no podemos hacer otra cosa que contraindicarlo.

En una lata de 500 ml de bebida energética hay hasta 75 gramos de azúcar. Eso sobrepasa en 25 gramos el consumo máximo diario de azúcar fijado por la OMS. Equivale a endulzar un café con 15 sobres.

Pero además, el momento de consumo de una bebida energética (en el campo de juego, en la mesa de estudio, en una cafetería…) no favorece que te laves los dientes inmediatamente después. Así que, si, a pesar de nuestras recomendaciones, vas a bebértela, te recomendamos que lleves contigo un chicle sin azúcar y lo mastiques al terminar la bebida. Al menos, la producción de saliva por el chicle compensará ligeramente el exceso de ácido.

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2.- Caramelos toffee

Están deliciosos y ¿quién no ha jugado a pegárselos y despegárselos del paladar cuando era niño? Pero los caramelos toffee, con esa deliciosa textura, encarnan un serio riesgo para los dientes.

Tan sólo tienes que darte una vuelta por las múltiples recetas de toffee casero que encontrarás en Google para comprobar que sus ingredientes principales son el azúcar y la mantequilla. La mezcla de ambas cosas les aporta su chicloso tacto.

Pero ya sabemos que ocurre con esto: que se te pegue un toffee a un diente es como hacerte un empaste con azúcar y mantequilla. Es decir, estos nutrientes tan beneficiosos para las bacterias, alcanzarán cualquier concavidad y serán muy difíciles de retirar. La mantequilla, además, añadirá ácido láctico a la ecuación, lo cual analizamos en el siguiente alimento.

«Reducir la ingesta de azúcar a sólo 25 g diarios, como recomienda la OMS, no sólo trae beneficios para nuestro organismo, en general, sino que además reduciría el riesgo de sufrir problemas dentales en particular». Dr. Guillermo Rehberger.

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3.- Leche

Si has leído en nuestro post anterior la lista de los 7 alimentos más saludables para tus dientes, debes de estar pensando que nos hemos vuelto locos. En ella habíamos colocado la leche como el alimento más importante, por todos los nutrientes fundamentales que aportaba para los tejidos que conforman tu dentadura. ¿Cómo es posible que esté aquí? Pues porque tiene un reverso tenebroso.

Si te das cuenta, hemos titulado esta clasificación como «los 7 alimentos más peligrosos para tus dientes», no los más perjudiciales. Caminar es sano, pero caminar sobre una cuerda floja a 500 metros de altura es peligroso. Eso pasa con los lácteos. La leche y sus derivados son productos muy ácidos y adherentes que colaboran en el degradado del esmalte. Hay que consumirlos, sí, pero tomando las precauciones adecuadas.

¿Y cuáles son esas precauciones? Pues cepillarse los dientes, ni más ni menos. Y, si no te es posible, al menos mascar un chile sin azúcar para compensar la acidez.

leche

4.- Hielo

Hay personas a las que les gusta mascar hielo. Sobre todo a los niños, les parece divertido. El hielo es tan duro que al mascarlo estás erosionando el esmalte y asumiendo el riesgo de romperlo.

hielo

5.- Gominolas

Blandas, pegajosas, azucaradas, adictivas y con un momento de consumo muy alejado de la hora de lavarte los dientes.

gominolas

6.- Pasta

La pasta contiene muchísimo almidón, que es otro de los nutrientes que facilitan el fermentado de las bacterias anaeróbicas. Lo mismo podemos decir de las patatas fritas. Sí, todo lo rico tiene su lado oscuro.

pasta

7.- Palomitas de maíz con azúcar

Pero si además, a todo esto, añades ese azúcar de colores con las que algunas personas les gusta consumir las palomitas, consigues una bomba cariogénica. Mejor que las evites o que te lleves el cepillo de dientes al cine.

Las palomitas de maíz dejan unos residuos en tu boca muy difíciles de eliminar, pues se alojan en los lugares más insospechados. Además, contienen mucho almidón. Por si esto fuera poco, encontrarte granos de maíz crudo en la bolsa puede suponer un riesgo de quebrarte los dientes.

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